EL CIRCULO VICIOSO DE LA VIOLENCIA


Por Richard De Angelis


 
Springfield, Oregon. Jonesboro, Arkansas. Pearl, Mississippi. West Paducah, Kentucky.

Cuatro escuelas, doce muertos y cuarenta y cuatro heridos en sólo siete meses, de octubre a mayo.

Nos estamos acostumbrando a las imágenes de niños llorando, padres asustados y niños que en silencio van esposados a prisión. Y cada vez que esto sucede, reporteros, padres, empleados y sobrevivientes se preguntan:

¿Por qué?

Temporada Abierta

El 24 de marzo de este año, Mitchell Jonson de 13 años y Andrew Golden de 11, dispararon a un grupo de personas que estaba afuera de una escuela en Jonesboro, Arkansas. Vestidos de camuflaje, acechando escondidos entre la maleza, los dos chicos activaron la alarma de fuego para hacer salir a sus víctimas.


En menos de cuatro minutos, diez niños yacían heridos en el suelo junto a cuatro niñas y una maestra que recibieron los disparos mortales. Al ser atrapados mientras intentaban huir, la policía les encontró un arsenal de armas de nueve pistolas.

Posteriormente, Doug Golden dijo a las autoridades que su nieto había entrado a su casa momentos antes de los disparos, robándose tres de las armas que habían sido confiscadas, entre ellas su rifle "certero y mortal " para cazar venados. En su casa, rodeado de armas y cabezas de venado, Golden no atinaba a mencionar un motivo por el cual esos chicos tan buenos podrían haber hecho algo así. Para tranquilizar a la gente, Golden dijo a la Associated Press que Andrew "sabe respetar las armas y sabe qué son. Para demostrar que el chico también sabe para que se utilizan, Golden agregó"él apenas acaba de cazar su primer pato ese año".

La mayoría de los cazadores jamás utiliza sus armas contra los humanos. No existen pruebas de que cazar inspire un comportamiento asesino, no más que jugar video juegos o escuchar rock, pero sí puede tentar de cierto modo a niños que ya tienen algún problema serio. Sin duda, los jóvenes perturbados que no pueden controlar sus sentimientos de furia u hostilidad, pueden ser atraídos a este deporte sangriento como un medio para ventilar sus deseos de violencia. Sea o no la razón de cazar o el resultado, la poca empatía que sienten -al menos por los animales- es definitivamente el impulsor al momento de jalar el gatillo o de liberar la flecha del arco contra un indefenso venado, paloma o cualquier otro animal vivo.

En respuesta a la epidemia de masacres en escuelas, Heidi Prescott, Directora Nacional del Fondo para los Animales, dijo: "si enseñamos a los niños a ser compasivos con los animales, ese trato será igual para las personas. Si les enseñamos que es correcto esconderse tras los arbustos para matar otras criaturas, automáticamente nos estamos exponiendo a tragedias como estas cuando se gradúan en juegos mayores".


La práctica hace al maestro

El 21 de mayo, Kip Kinkell de 15 años, se encontraba armado cuando entró a la cafetería de la preparatoria Thurston en Springfield, Oregon, y de pronto, disparó matando a dos estudiantes e hiriendo a otros 22. Aunque le fascinaban las armas, aparentemente no era cazador. Sin embargo, sus amigos comentaron que ya tenía un historial maltratando animales y que incluía decapitar gatos, abrir ardillas vivas y disparar a las vacas. Otro más de sus compañeros de clase comentó que frecuentemente platicaba detalladamente cómo abría animales con cuchillos de caza.


La historia era muy parecida en las cuatro masacres. Un amigo de Andew Golden dijo que, "el asesino de Jonesboro se dedicaba a matar perros con su .22". Mucho antes de ese 1º de diciembre de 1997, cuando Michael Carneal de 14 años disparó a tres compañeros de clase e hirió a otros cinco durante una misa en la escuela Heath en Paduka, Kentucky, ya había hablado de haber echado un gato a una fogata.


De todos estos actos tan espeluznantes que comienzan con el maltrato hacia los animales y terminan contra los humanos, uno de los más horribles fue el del asesino Luke Woodham de 16 años, en su diario personal explicaba como golpeó, quemó y torturó a su propio perro "Sparkle" describiendo la dolorosa muerte del perro "como una belleza". Por desgracia, las autoridades no aprendieron la lección con esta crueldad, porque tiempo después Woodham entró al patio abarrotado de estudiantes y abrió fuego con un rifle matando a dos e hiriendo a siete.

Un compañero de Kip Kinkel dijo que el día de los asesinatos en el colegio Thurston: "Su rostro era indiferente, como si fuera algo que hacía todos los días".

"Y efectivamente lo era", señala Chuck Green, columnista del Denver Post. "Pero nadie le dio la importancia cuando las víctimas de sus juegos mortales y corrompidos eran criaturas de cuatro patas.


El dolor la violencia inician en el hogar

En un artículo de Associated Press, John Devine, profesor de la Universidad de Nueva York, culpa en parte a la brecha generacional y a "la violencia en televisión, en video juegos, videos musicales e Internet" de estas recientes balaceras en las escuelas. Mucha gente se pregunta tanto como él: ¿cómo representan esas fantasías y de dónde las sacan?.

El único problema con esta pregunta es que los chicos no están representando fantasías. La agresión que emulan es real no están fingiendo. Cuando crecen a merced del mundo que les rodea, muchos niños, especialmente varones, tienen su primera experiencia con el poder personal a través de su interacción con los animales.


Al poco tiempo de haber volcado su obsesión asesina hacia los humanos, las historias violentas de estos niños asesinos se denunciaron a la prensa. Desde los padres hasta el Presidente, lamentan no haber tenido algún aviso que indicara que estos niños podían convertirse en asesinos.

La mayoría de la gente piensa que existe una barrera psicológica impenetrable en nuestro cerebro que claramente separa la capacidad de violencia por especies, y cada vez que confundimos actos de crueldad animal con travesuras infantiles hacemos que los niños lo crean también con mayor facilidad.

En otras palabras, les damos el permiso para infligir dolor sin el temor de ser castigados



Curando las heridas

Ciertamente, los animales merecen nuestra protección. Sin embargo, a aquellas personas que sólo les preocupan los demás humanos ignorando la crueldad hacia los animales, es invitación al desastre. Por eso es vital entender el maltrato animal como delito grave que es.

The American Humane Association (AHA) (Asociación Humanitaria Norteamericana) ofrece un listado de los máximos castigos por violar leyes sobre la crueldad en los cincuenta estados de la Unión Americana. Si el maltrato a los animales sigue siendo un delito menor en su comunidad, contacte a sus legisladores e insista en que se considere como delito mayor. Si existe un caso de crueldad pendiente en su localidad, la Fundación Doris Day Animal Foundation, recientemente formada, pone a su disposición jueces y fiscales que cuentan con un cuadernillo The Violence Connection, ("La conexión a la violencia") donde claramente se ilustra la importancia de imponer sentencias severas que incluyan psicoterapia obligatoria


Por supuesto que mientras las penalizaciones severas protegen a las personas de una violencia en el futuro, no ayudan a los animales que ya fueron ultrajados. Así como con las enfermedades, la mejor cura es la prevención.

"Primer strike", una campaña de la Asociación Humanitaria Norteamericana, está tratando de difundir que si en la niñez maltratamos a los animales, a menudo es el principio de un patrón ascendente hacia violencia. Organizaciones como la AHA y la Fundación Latham, dedicadas a terminar con el abuso hacia los animales y los niños, son excelentes fuentes para obtener información y material didáctico.


El programa "Share the World" y el "Roots & Shoots" del Instituto Jane Goodall enseñan a los niños a respetar a todos los animales y valorar su existencia en el mundo.

El Fondo para los Animales ofrece un boletín / cuadernillo de actividades llamado "Animal Crusaders" ("defensores de los animales") que contiene noticias y actividades especialmente para los profesores, así como toda una gama de información dirigida a los jóvenes sobre cómo proteger a los animales. A últimas fechas, el Center for Compassionate Living (Centro de Compasión por la Vida) encabezado por Zoe Weil y Rae Sikora, ofrece un programa de estudios independientes con uno o dos años de duración otorgando al finalizar un certificado de educación humana.

Ante estas recientes tragedias, las escuelas de todo el país se han convertido en fortalezas. Sin embargo, los detectores de metal, la revisión de lockers y los guardias de seguridad poco podrán hacer para evitar la violencia. Debemos confiar en nuestros niños, pero más que eso, en la información que necesitan para tomar las decisiones correctas cuando se trate de crueldad hacia los animales y las personas.

Acerca del autor

Richard De Angelis es el Director de Comunicaciones para la Liga de Animales Doris Day.

Este Artículo apareció originalmente en el ejemplar del Otoño 1998 del "Animal Guardian".
Para más información acerca de los programas y materiales mencionados en este artículo:

* The Fund For Animals
* Share the World
* Humane Society of the U.S.-First Strike
* The Latham Foundation